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Planes creíbles de transición climática: Perspectivas de un análisis de la información empresarial basado en la IA

Publicado: 17 de junio de 2024
Modificado: 19 de abril de 2025
Principales conclusiones
  • A escala mundial, en los distintos sectores, sólo el 40% de las empresas hacen públicas sus medidas de descarbonización y cuantifican simultáneamente su contribución a la consecución de los objetivos de emisiones. Ambos criterios son esenciales para evaluar la credibilidad de los planes de transición.
  • Las empresas de Europa y Japón cuantifican sus medidas con mucha más frecuencia que las del resto del mundo.
  • El controvertido uso de créditos de carbono y tecnologías de emisiones negativas para alcanzar los objetivos de emisión no parece ser una práctica generalizada entre muchas empresas de altas emisiones.
  • Observamos diferencias significativas entre sectores, que podrían ser de interés para los inversores en su propia evaluación de planes creíbles de transición climática.

Retos actuales en la evaluación de los planes de transición climática

Los inversores se centran cada vez más en analizar los planes de transición climática de las empresas debido a su impacto previsto en los resultados financieros y la sostenibilidad a largo plazo. A medida que el mundo se enfrenta al cambio climático, las estrategias empresariales de gestión de las emisiones de carbono, adaptación a los cambios normativos y transición a una economía con bajas emisiones de carbono se están convirtiendo en indicadores cruciales de resistencia y competitividad.

Sin embargo, los equipos de sostenibilidad encargados de evaluar la credibilidad de estos planes pueden enfrentarse a muchos retos. Entre ellos, las incoherencias en el formato de los datos, la terminología y las métricas utilizadas por las empresas en sus revelaciones climáticas o las variaciones en la calidad y la exhaustividad de los datos en los distintos informes.

Además, algunas empresas pueden proporcionar datos selectivos o exagerar sus compromisos climáticos. En este sentido, la evaluación de los planes de transición climática puede suponer un reto porque requiere valorar muchos aspectos de la acción climática de las empresas. Entre ellos se incluyen la visión neta cero de una empresa, la ambición de sus objetivos de reducción de emisiones, sus medidas de descarbonización y la financiación necesaria para la transformación (véase la Figura 1).

Figura 1: Elementos típicos de un plan creíble de transición climática

Ante este reto, el uso de grandes modelos lingüísticos (LLM) puede servir de apoyo al proceso de investigación. Los LLM pueden extraer eficazmente información relevante de grandes cantidades de datos no estructurados contenidos en informes corporativos, automatizando el proceso de recopilación de datos.
Los modelos también ofrecen potentes capacidades de comprensión e interpretación de patrones lingüísticos complejos. Esto les permite identificar aspectos clave de los planes de transición climática en múltiples informes. En este estudio, presentamos las principales conclusiones de nuestra evaluación de las estrategias de aplicación de las empresas basada en la IA, con especial atención a sus medidas de descarbonización.

Como parte de esta investigación, también examinamos dos enfoques controvertidos de la gestión de las emisiones empresariales: el uso de créditos de carbono y el uso de tecnologías de emisiones negativas.

Medidas empresariales de descarbonización y necesidad de cuantificación

En general, las empresas disponen de una serie de medidas para descarbonizar sus operaciones y su cadena de valor. Entre ellas figuran la compra o producción de energías renovables, el aumento de la eficiencia energética, el uso de nuevas tecnologías para procesos y productos con menos emisiones de carbono, el cambio a nuevas áreas de negocio o la influencia sobre proveedores y clientes.

Para evaluar la credibilidad de estas medidas en el marco de un plan de transición climática, hemos utilizado para nuestro análisis el indicador CA100+ Net Zero Company Benchmark 2.0.

Este marco exige que las empresas revelen las medidas de transición pertinentes y cuantifiquen cómo contribuyen estas medidas a alcanzar los objetivos de reducción de emisiones para poder hacer declaraciones creíbles sobre sus acciones.1 Esto parece razonable, ya que la cuantificación de las medidas aumenta la transparencia y la responsabilidad hacia las partes interesadas al proporcionar una mejor comprensión de las fuentes y los impulsores de la reducción de emisiones.

Basándonos en estos dos criterios de evaluación específicos, formamos un LLM y lo aplicamos para analizar una muestra de empresas con elevadas emisiones. Para seleccionar la muestra, nos centramos en empresas de gran capitalización con un objetivo de reducción de emisiones para las que se dispusiera de un informe de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) actualizado, teniendo en cuenta la diversificación regional y sectorial.2 En total, nuestra muestra incluía 319 empresas.

La tarea del modelo consistió en determinar cuántas empresas informaron y cuantificaron sus medidas de descarbonización para evaluar lo común que es esta práctica entre las empresas de alto impacto.3 No diferenciamos explícitamente entre los alcances de las emisiones, pero descubrimos que las medidas estaban vinculadas con mayor frecuencia a las emisiones de Alcance 1 y 2 que a las de Alcance 3.

Nuestro modelo sugiere que, aunque más del 80% de las empresas de nuestra muestra informaron sobre medidas de descarbonización, menos del 40% de todas las empresas también hicieron una cuantificación clara de sus medidas. El nivel de cuantificación fue mayor entre las empresas japonesas (67%) y europeas (48%), que en conjunto representan alrededor de un tercio de la muestra.

Figura 2: Porcentaje de empresas que revelan medidas de descarbonización y su impacto por sector (10 principales sectores, n = 230)

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Sin embargo, los índices medios de cuantificación por sector fueron en su mayoría bajos, sobre todo en los sectores que constituían una gran parte de la muestra, como los servicios públicos y el petróleo y el gas (véase el gráfico 2)4.

Estos bajos índices de cumplimiento se produjeron a pesar de que nuestro modelo tenía flexibilidad a la hora de interpretar la cuantificación. Por ejemplo, la cuantificación del impacto podría incluir la notificación de las contribuciones pasadas de medidas específicas o el establecimiento de subobjetivos, como la futura adquisición de energía renovable o la mejora de las tasas de reciclaje.

Sin embargo, el modelo detectó muchos casos en los que no se cuantificaba la consecución del objetivo y, por tanto, se desestimaba la declaración por no cumplir el criterio de evaluación (véase la figura 3).

Figura 3: Evaluación generada por IA de la cuantificación de las medidas de descarbonización por parte de una empresa química surcoreana en su informe de RSC.

El informe de la empresa esboza varias iniciativas destinadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), como la transición a las energías renovables, el desarrollo de tecnologías de reciclado de plásticos y la introducción de un sistema interno de fijación del precio del carbono (ICP) para acelerar la transición a un modelo empresarial bajo en carbono. Sin embargo, el informe no proporciona contribuciones cuantificables específicas de estas acciones de descarbonización para alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones de GEI. Aunque se menciona el compromiso de obtener 260 GWh de energía renovable y compensar las emisiones mediante proyectos de distribución de estufas, no se cuantifica el impacto directo de estas acciones en los objetivos globales de reducción de emisiones de GEI de la empresa.

Cabe señalar que, en los casos positivos, no realizamos una evaluación cualitativa de la información recogida por el LLM. Esto significa que se reconocieron las cuantificaciones aunque las medidas posiblemente se refirieran a emisiones no materiales. Por lo tanto, la proporción de casos positivos podría ser aún menor tras dicho análisis cualitativo.

En conclusión, nuestro modelo sugiere que la mayoría de las empresas de todo el mundo, en todos los sectores, no han cumplido plenamente los criterios examinados para unos planes de transición creíbles. Las empresas europeas y japonesas obtuvieron mejores resultados, lo que puede estar relacionado con la adopción más generalizada de objetivos basados en la ciencia (OBC) y con el mayor desarrollo de la normativa sobre divulgación de información en estos mercados.

Sin embargo, nuestras conclusiones revelan la existencia de lagunas persistentes en la divulgación de información por parte de las empresas fuera de estas regiones. Es necesario que más empresas se alejen de la "palabrería barata" y se centren en revelar logros y acciones cuantificables para satisfacer las crecientes demandas de sus accionistas de planes de transición creíbles.

Cómo encajan los créditos de carbono y las tecnologías de emisiones negativas en los planes de transición climática

Otro aspecto de nuestro análisis se refería a la intención de las empresas de utilizar créditos de carbono y tecnologías de emisiones negativas (por ejemplo, captura y almacenamiento de carbono, o CAC) para alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones. Aunque estos enfoques pueden contribuir a la protección del clima, a menudo se critica su uso por parte de las empresas para la consecución de objetivos.

Por ejemplo, muchos críticos sostienen que la calidad y eficacia de los créditos de carbono suelen ser bajas. También señalan que las empresas pueden utilizarlos para distraer la atención de sus propias emisiones de carbono y de sus insuficientes esfuerzos por reducirlas. Estas críticas arreciaron recientemente cuando la dirección de la iniciativa Science Based Targets (SBTi), la autoridad en materia de objetivos de emisiones de las empresas, se planteó públicamente permitir los créditos de carbono como instrumento para alcanzar los objetivos. Esto supuso un cambio respecto a comentarios anteriores, en los que rechazaban esta idea.

Según nuestro modelo, sólo el 22% de las empresas de la muestra declararon haber utilizado créditos de carbono para alcanzar sus objetivos. Esto sugiere que la compensación no es una medida común entre las empresas de altas emisiones para alcanzar sus objetivos.

Además, nuestro modelo no distinguía si las empresas pretendían utilizar los créditos de carbono como herramienta principal para alcanzar sus objetivos o simplemente para compensar las emisiones residuales inevitables.

Esto último puede justificarse en determinadas condiciones, y se supone que algunas empresas siguen este planteamiento. Por lo tanto, la proporción de empresas del estudio que persiguen la compensación de las emisiones de carbono como medida fundamental podría ser aún menor. Aun así, con más del 32%, la proporción era mayor entre las empresas asiáticas, sobre todo las japonesas.

Además, se constató que las empresas de determinados sectores, como el aeroespacial y de defensa y el del petróleo y el gas, utilizan más los créditos de carbono. Su uso fue mayor en comparación con otros sectores (véase la Figura 2). Esto indica que los inversores preocupados por el uso de créditos de carbono como parte de los planes de transición climática de las empresas podrían prestar especial atención a las empresas de estas regiones y sectores.

La posibilidad de que surjan riesgos específicos se puso de manifiesto en una reciente investigación de la UE sobre las prácticas de "lavado verde" de las empresas europeas de aviación, a las que se pide que aclaren hasta qué punto sus afirmaciones sobre la reducción de emisiones mediante compensaciones pueden apoyarse en pruebas científicas.

Al igual que los créditos de carbono, también existen controversias en torno al uso de tecnologías de emisiones negativas, como la captura y almacenamiento de carbono (CAC) o la reforestación.

Estas tecnologías aún se encuentran en las primeras fases de desarrollo o todavía no se han probado a escala. Los críticos suelen temer que las empresas exageren el papel de estas tecnologías en sus planes de transición climática para crear una imagen positiva sin introducir cambios sustanciales en sus operaciones intensivas en emisiones.

Nuestro modelo reveló que el 38% de las empresas de nuestra muestra informaron sobre el uso de estas tecnologías para la consecución de objetivos. Aunque no es la mayoría, sugiere que más de una de cada tres empresas tiene previsto emplear estas tecnologías y enfoques. Por ejemplo, la proporción fue mucho mayor en los sectores del petróleo y el gas y del acero, con más del 70% de las empresas que informaron del uso de créditos de carbono o tecnologías de emisiones negativas para la consecución de objetivos por sector (véase la Figura 4).

Las razones pueden variar. Cabe suponer razonablemente que la disposición a una auténtica descarbonización es relativamente baja en el sector del petróleo y el gas, y que la CAC se utiliza para legitimar el modelo de negocio existente.

En otros sectores, las tecnologías de vanguardia, como el hidrógeno verde o la fabricación de acero con horno de arco eléctrico, se encuentran en las primeras fases de desarrollo o son demasiado caras en un futuro previsible. Por ello, la CAC puede considerarse una alternativa importante para evitar emisiones.

Figura 4: Uso declarado de créditos de carbono y tecnologías de emisiones negativas para la consecución de objetivos por sector (10 principales, n= 230)

En resumen, aunque las tecnologías de compensación del carbono y de emisiones negativas pueden desempeñar un papel importante en la mitigación del calentamiento global, no están exentas de retos y controversias.

Los críticos suelen afirmar que estos métodos deben complementar los verdaderos esfuerzos por reducir las emisiones, no sustituirlos. Argumentan que el verdadero progreso se consigue reduciendo las emisiones mediante acciones directas y prácticas sostenibles.

Por este motivo, una dependencia excesiva de estos enfoques por parte de las empresas podría afectar a la credibilidad de sus planes de transición climática. Nuestro análisis cuantitativo mostró que estas medidas no son muy comunes para alcanzar objetivos entre las empresas mundiales de alto impacto. Sin embargo, el riesgo asociado de lavado verde puede ser mayor en determinadas regiones y sectores.

Cómo Clarity AI puede ayudarle a evaluar los planes de transición climática

En Clarity AI, aprovechamos nuestra avanzada tecnología para ofrecer la única solución del mercado que realiza un seguimiento del progreso Net Zero de forma sencilla y exhaustiva, basándose en los cinco criterios del Marco de Inversión Net Zero (NZIF) del IGCC.

Ayudamos a los participantes en el mercado a integrar las métricas de alineación de temperatura en el análisis de carteras para comprender la verdadera ambición que hay detrás de los objetivos de emisiones de las empresas.

Para garantizar la pertinencia y actualidad de nuestros conocimientos, procesamos automáticamente los planes de transición de las empresas mediante el uso de LLM que nos ayudan a analizar y sintetizar la información de forma escalable.

Referencias

  1. Un requisito similar, aunque más débil, para determinar la contribución de las medidas a la consecución de los objetivos puede encontrarse también en el Marco de Divulgación del Grupo Operativo del Plan de Transición.
  2. Se tuvieron en cuenta los objetivos comunicados por CDP, los objetivos basados en la ciencia, los compromisos de emisiones netas cero u otros objetivos cuantificados de emisiones de GEI. La muestra incluía empresas de Norteamérica (36%), Europa (27%), Asia sin Japón (21%), Japón (8%) y otras (8%).
  3. Para garantizar la calidad, se realizaron validaciones manuales de los resultados.
  4. Tamaño de las muestras por sector: Servicios públicos: 54, Petróleo y Gas: 50, Química: 36, Fabricantes de automóviles: 18, Empresas comerciales y distribuidores: 13, Metales diversificados y minería: 13, Aeroespacial y defensa: 13, Conglomerados industriales: 12 Acero: 11, Maquinaria de construcción: 10.

Nico Fettes

Director de Investigación Climática, Clarity AI

Nico Fettes es responsable del desarrollo de métricas y herramientas relacionadas con el clima dentro de las soluciones de datos de ClarityAI. Dirige un equipo que desarrolla soluciones específicas para instituciones financieras que desean gestionar los riesgos climáticos o alinear sus carteras con los objetivos del Acuerdo de París.

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